Durante muchos años pensé que mejorar mi técnica dependía solo de “esforzarme más”.
Me grababa, repetía el mismo movimiento una y otra vez, y cuando no me salía… me frustraba.
Sentía que si no mejoraba rápido, era porque estaba haciendo algo mal.
Con el tiempo entendí algo que nunca me habían explicado:
la técnica no mejora por fuerza, mejora por claridad.
No es cuestión de empujar más fuerte, ni de hacerlo 100 veces hasta que salga.
Es cuestión de entender qué querés sentir, darle tiempo al cuerpo, y permitir que ese movimiento nuevo se acomode.
Hoy lo veo claro en mis entrenamientos y cuando enseño:
Los cambios técnicos grandes llegan cuando combinás tres cosas:
- una imagen clara de lo que querés lograr,
- paciencia para repetirlo sin ansiedad,
- y atención para notar las sensaciones correctas.
🔥 Mensaje de hoy:
Si algo no te sale todavía, no significa que no puedas hacerlo.
Significa que tu cuerpo está aprendiendo.Y aprender lleva tiempo.
💬 ¿Qué detalle técnico te está costando dominar hoy?