Uno de los errores más comunes en crol es creer que el estilo se sostiene desde los brazos. Que si los brazos trabajan bien, todo lo demás se acomoda solo. Y no es así. El crol se sostiene desde el cuerpo, no desde la brazada. Cuando la cabeza se mueve de más, cuando el core no está activo o cuando la rotación es desordenada, los brazos terminan “salvando” el nado. Y ahí aparece el cansancio, la pérdida de ritmo y la sensación de que el estilo no fluye. 💡 Idea clave de hoy: Si el cuerpo no está estable, la brazada nunca va a ser eficiente. Por eso, antes de pensar en agarrar más agua o empujar más fuerte, preguntate: - ¿Mi cabeza está quieta? - ¿Mi línea se mantiene? - ¿La rotación acompaña o desarma? 🏊‍♂️ Ejercicio para hoy: En tu próximo 4×50 crol, nadá pensando solo en esto: “mi cuerpo manda, mis brazos acompañan”. Mantené la cabeza estable, el eje firme y dejá que la brazada fluya sin forzar. 🔥 Mensaje de hoy: Cuando el cuerpo está ordenado, el crol se vuelve liviano. Y lo liviano siempre es más rápido. 💬 ¿Sentís que tu crol se sostiene desde el cuerpo o desde los brazos?

Uno de los cambios más grandes que hice en mi crol no fue nadar más fuerte, sino dejar de empujar el agua sin sentido. Muchos nadadores sienten que si hacen más fuerza con los brazos van a avanzar más. El problema es que cuando empujás sin control: - perdés línea, - el cuerpo se hunde, - la brazada se acorta, - y te cansás rápido. El crol empieza a mejorar cuando la fuerza aparece después del control, no antes. 💡 Idea clave de hoy: Primero ordená el cuerpo. Después agarrá el agua. Recién ahí aplicá fuerza. 🏊‍♂️ Ejercicio para hoy: Probá este trabajo simple: 6×50 crol - Primer 25: nadá suave, enfocado solo en alineación y agarre - Segundo 25: mantené la misma sensación, pero agregá un poco más de presión La regla es clara: si al meter fuerza se rompe la técnica, bajás la fuerza. 🔥 Mensaje de hoy: La velocidad no viene de empujar más. Viene de empujar mejor. 💬 ¿Sentís que tu crol se rompe cuando intentás nadar más rápido?

La técnica no mejora cuando estás cansado. Mejora cuando podés prestar atención. Muchas veces creemos que si entrenamos duro todos los días vamos a nadar mejor. Pero en realidad, cuando el cuerpo está cansado y la cabeza acelerada, lo único que hacemos es repetir errores. Por eso hoy, si nadás, no busques volumen ni intensidad. Buscá calidad. Entrená con una sola idea en la cabeza: 👉 sentir el agarre 👉 mantener la línea 👉 no apurar la brazada Eso vale mucho más que sumar metros sin control. Y si hoy no nadás, mejor todavía: descansar también es parte del entrenamiento. Llegar con energía mental y física te permite aprender de verdad. 🔥 Mensaje de hoy: El progreso técnico no se construye forzando. Se construye estando presente. 💬 ¿Hoy entrenás o descansás? Y si entrenás, ¿qué detalle vas a cuidar sí o sí?

Hay detalles de la natación que parecen simples… hasta que te das cuenta de que los venís haciendo mal toda la vida. Para mí, uno de esos detalles fue la respiración en crol. Durante años pensé que lo único importante era mover los brazos rápido y girar la cabeza lo justo para tomar aire. Pero con el tiempo entendí algo clave: no es el giro lo que te frena… es cuándo respirás. Respirar un poquito antes de tiempo me hacía hundir, perder agarre y romper el ritmo.Lo hacía sin darme cuenta. Y corregirlo no fue cuestión de fuerza, fue cuestión de sensación. Aprender a respirar más tarde cambió por completo cómo se siente mi crol: - el cuerpo va más alto, - el agarre es más limpio, - la brazada fluye sin interrupciones, - y el estilo se siente liviano de verdad. Es un detalle chico, pero te juro que hace una diferencia enorme. 🔥 Mensaje de hoy: A veces la mejora no está en nadar más fuerte, sino en sentir mejor un detalle que pasaste por alto durante años. 💬 ¿Cuál es el detalle del crol que más difícil se te hace a vos?

Este fin de semana fue intenso. Ayer sábado no pude publicar porque competí y después tuve que viajar, pero hoy quiero dejar una reflexión sobre el torneo. La verdad es que fue un torneo increíble. Estoy muy contento con mis resultados. Y al mismo tiempo, como me pasa siempre, aparecen esas pequeñas cosas que me muestran dónde puedo seguir mejorando. Esa mezcla de satisfacción y hambre es lo que me hace querer volver al agua para seguir construyendo. En el 50 libre, lo nadé tres veces: la eliminatoria y dos tomas de tiempo. La segunda toma fue mi mejor marca personal, y sentí que estoy empezando a aprender cómo nadar la carrera de verdad: con brazos más extendidos, mejor agarre, más conexión con el agua. Me gustó cómo se sintió. Ese 21 está cada vez más cerca. El 100 mariposa también fue muy positivo. Volví a nadar en 52 segundos, 52 bajo, y eso para mí es un gran paso después de este tiempo. Lo interesante fue el análisis: pensé que me había quedado sin fuerza en los últimos 10 metros, pero no. La diferencia —esas 40 centésimas— vino del subacuático de la vuelta. Es mejor que sea eso y no “haber muerto” al final. Son detalles corregibles y eso me deja tranquilo y motivado. El 50 mariposa fue la que me dejó un sabor un poco más amargo. A la mañana quedé a 2 centésimas de mi mejor marca personal y récord argentino, y a la tarde subí 3 centésimas. En ambas carreras el rompimiento de la superficie quedó un poco profundo. Esa sensación de que, si hubiera salido mejor, la marca también hubiera sido mejor. Pero este proceso también es aprender a aceptar cuando las cosas no salen exactamente como uno quiere… y aun así reconocer que el progreso está. 🔍 Lo que viene: paredes, vueltas y subacuáticos En todas mis carreras me estoy sintiendo bien nadando en superficie. La velocidad está, la técnica está, y se nota en cómo avanzo. Pero la gran diferencia no está solo en nadar… está en las paredes, las largadas y los subacuáticos. Mis subacuáticos hoy no están siendo buenos, y parte de eso viene de mi movilidad.