"Qué tontos que somos al no reconocer aquello para lo que mejor servimos y que podemos hacer, no solo con facilidad sino con placer, como maestros del oficio. He conocido a más de un hombre capaz que se empecinó en equivocarse dentro de una oficina cuando tenía un gran talento para la fábrica, y se desgastó, agobiado por preocupaciones y ansiedades, haciendo de su vida un ciclo continuo de amargura, para terminar finalmente en el fracaso. Nunca lamenté tanto separarme de un hombre como del Sr. Kloman. Tenía buen corazón, un gran cerebro mecánico y, si lo hubieran dejado tranquilo, creo que hubiera estado contento de quedarse con nosotros. Ofertas de capital de terceros —ofertas que fallaron cuando hacían falta— lo marearon, y el gran mecánico pronto demostró ser un pobre hombre de negocios". A. Carnegie. Efectivamente me ha pasado querer ponerme sombreros que no me correspondían -un sombretito contable puntualmente-, y lo antinatural de forzar algo incompatible con mi tendencia me llevo, logicamente, a un sólo lugar: el fracaso. Se podría decir que todo el 2025 se trató eso: un año entero -y si todo va bien, una parte del 2026- intentando pagar los platos rotos de intentar hacer algo para lo cual no estaba capacitado, no tenia conocimiento ni experiencia. Aún así, lo forcé, y los resulados estuvieron a la vista. ¿Cuantas veces en el 2025 habré imaginado cuantas cosas haria distintas en el 2024? ¿Y dónde estaría hoy de haber hecho las cosas mejor? Pero no vale la pena perder el tiempo lamentandose. Los minutos pasan y las cosas nos cambian sólo por arrepentirnos de decisiones del pasado. Seguro era una leccion que aprender. Ojala no salga muy caro. Se trabajará para dar vuelta de página. Buena semana. DUESPAID

HOY este lugar es sólo un bloc de notas donde paso en limpio el resultado de un ritual nocturno, o a veces matunino: me tomo un té -o mate- , y luego paso un rato leyendo, escuchando, reflexionando... y al final, sea lo que sea que haya surgido, se vuelca acá, creyendo que será valioso recordarlo en el futuro. Un tiempo después, en ese futuro, vuelvo y leo aquello que mi yo del pasado creyo que sería útil que no me olvide. Pero que me imagino? Imagino levantarme un sábado o domingo temprano, hacerme unos mates, y en vez de scrollear por Instagram o Twitter, entrar acá... Pero no a ver qué estuve escribiendo los días previos. Me encantaría entrar y ver una comunidad de hombres que pensamos parecido intentando dejar acá lo que sea que el día a día nos vaya dejando de enseñanza. Me imagino tomando un mate y entrando luego de unas horas o días para sorprenderme e inspirarme con lo que otras personas compartieron -ya sea una experiencia, un aprendizaje tenido luego de superar un problema, una recomendación, un libro, una frase-. ¡Quizas alguien tuvo un problema y gracias a la ayuda de otra persona, lo pudo resolver! Y quizás ese gesto desinteresado fué la diferencia entre dar de baja o no la facultad, un emprendimiento, un deporte. Quien sabe; quizás más adelante sabríamos el verdadero impacto que tuvo la ayuda en esa persona. Pienso en un lugar sagrado, dónde NO entra cualquiera y donde NO entras a ver noticias o qué estan haciendo los demás... Un lugar donde estas RESGUARDADO del cinismo y la mediocridad; un REFUGIO para los optimistas y ambiciosos. Un lugar donde salís con MAS energía de la que entraste; un lugar al que te dirgís cuando estás mal porque sabés que vas a encontrar algo o alguien que te levante un poco el ánimo. Ya sea con una historia parecida, con una sugerencia, o simplemente dandote apoyo y deseandote lo mejor. Más que un lugar, pienso en una COMUNIDAD dónde el que vá mas adelante, se toma un rato para ayudar al que viene más atrás y va perdiendo la esperanza, o al que recién está empezando. O al que necesita alguien que lo guíe.