"Qué tontos que somos al no reconocer aquello para lo que mejor servimos y que podemos hacer, no solo con facilidad sino con placer, como maestros del oficio.
He conocido a más de un hombre capaz que se empecinó en equivocarse dentro de una oficina cuando tenía un gran talento para la fábrica, y se desgastó, agobiado por preocupaciones y ansiedades, haciendo de su vida un ciclo continuo de amargura, para terminar finalmente en el fracaso.
Nunca lamenté tanto separarme de un hombre como del Sr. Kloman. Tenía buen corazón, un gran cerebro mecánico y, si lo hubieran dejado tranquilo, creo que hubiera estado contento de quedarse con nosotros. Ofertas de capital de terceros —ofertas que fallaron cuando hacían falta— lo marearon, y el gran mecánico pronto demostró ser un pobre hombre de negocios".
A. Carnegie.
Efectivamente me ha pasado querer ponerme sombreros que no me correspondían -un sombretito contable puntualmente-, y lo antinatural de forzar algo incompatible con mi tendencia me llevo, logicamente, a un sólo lugar: el fracaso.
Se podría decir que todo el 2025 se trató eso: un año entero -y si todo va bien, una parte del 2026- intentando pagar los platos rotos de intentar hacer algo para lo cual no estaba capacitado, no tenia conocimiento ni experiencia. Aún así, lo forcé, y los resulados estuvieron a la vista.
¿Cuantas veces en el 2025 habré imaginado cuantas cosas haria distintas en el 2024? ¿Y dónde estaría hoy de haber hecho las cosas mejor?
Pero no vale la pena perder el tiempo lamentandose. Los minutos pasan y las cosas nos cambian sólo por arrepentirnos de decisiones del pasado.
Seguro era una leccion que aprender.
Ojala no salga muy caro.
Se trabajará para dar vuelta de página.
Buena semana.
DUESPAID