@María Lilia González Lara qué proceso tan profundo estás atravesando… y qué hermoso leer cómo tu cuerpo, tu mente y tu alma empiezan a sentir los efectos de soltar un poquito más cada día ✨ La imagen que compartes —la vida como una señora con rebozo que te abraza y protege— es un símbolo precioso. Ahí se ve claramente que tu sistema ya está aprendiendo a confiar, aunque una parte de ti todavía tenga dudas. Eso también es soltar: permitir que la vida te sostenga, incluso cuando tu mente aún no lo entiende del todo. Y qué valiente de tu parte tocar ese recuerdo de rechazo ligado a tu jubilación. Esa huella duele… no solo por lo que pasó, sino porque toca capas profundas del “no valgo”. El hecho de que hoy puedas mirarlo, ponerle palabras y reconocer el coraje y la desilusión, es un acto de mucha fuerza interna. Lo más hermoso es que, a pesar de todo ese peso emocional, tú misma reconoces que: ✨ tu cuerpo está más relajado ✨ tus pensamientos son más amables ✨ y ya no hay tanta tensión como antes Eso muestra que el movimiento ya empezó dentro de ti, incluso si una parte todavía no lo cree del todo. A veces, el alma suelta primero… y la mente va llegando después. Y está bien así. Gracias por abrir este espacio con tanta honestidad y tanta sensibilidad. 💚

@María Lilia González Lara , qué hermoso lo que expresas aquí! Tocar el dinero desde ese lugar —como un tributo que te corresponde por derecho interno, por linaje, por identidad— es un cambio de conciencia muy poderoso. Ese gesto tan simple, pero tan simbólico, revela que algo dentro de ti ya está empezando a recordar su valor y su merecimiento. La frase que mencionas —“yo tengo suficiente para mí y para otros”— muestra una apertura interna preciosa. Ese es el nivel de abundancia que nace desde la paz, no desde la carencia. Y qué importante que también estés atenta a los pensamientos limitantes. Ese es el verdadero trabajo: sostener esta nueva mirada incluso cuando la mente quiera regresar a lo conocido. Vas integrando esta relación con el dinero de una manera muy madura y muy amorosa. Sigue así… tu campo ya está cambiando. 💚

@María Lilia González Lara qué hermoso leerte🩷 Este ejercicio realmente abrió un espacio muy sutil y profundo, y se nota en cómo pudiste reconocer actitudes y pensamientos que vienen desde tu alma, no desde la carencia ni desde el miedo. Que hayas identificado tus dones —la alegría, la empatía, la conexión— y al mismo tiempo las creencias que a veces los nublan, habla de una mirada muy madura. Cuando vemos todo eso junto, algo dentro se acomoda… y ahí empieza la verdadera abundancia. Reconocer que el dinero puede vivirse desde la gratitud y no desde la necesidad es un cambio de conciencia enorme. Ese giro interno es lo que hace que la prosperidad fluya con más suavidad, sin lucha y sin temor a perder. Me alegra mucho que este día te haya armonizado por dentro. Ahí, exactamente ahí, es donde la prosperidad empieza a tomar forma.

@Amorz Morales gracias de corazón por tus palabras 💛 Acompañarte estos 21 días ha sido un regalo también para mí. Tu apertura, tu compromiso y la forma tan honesta en que fuiste mirando tu historia hicieron que este proceso floreciera de una manera muy bella. Cada semilla que trabajaste —la gratitud, el merecimiento, el recibir, la confianza, la reconciliación con mamá y papá— ya está en tu campo… y seguirá creciendo contigo. Gracias por permitirte caminar este recorrido con tanta autenticidad y con tanto amor. Lo hiciste precioso. Aquí sigo para lo que necesites y para los caminos que decidas abrir después ✨

@María Lilia González Lara qué hermoso y honesto lo que compartes aquí. Lo que viviste con tu hermano refleja con mucha claridad una verdad sistémica muy profunda: recibir no solo nutre al que recibe… también nutre al que da. Y cuando una persona siempre se adelanta a pagar, a resolver o a “quitarle la carga” al otro, sin darse cuenta está impidiendo que el otro también experimente el placer de contribuir. Ese movimiento que tuviste —sentir vergüenza, deuda, desesperación— es la reacción típica de alguien que aprendió desde muy pequeña que solo está a salvo cuando da… y que al recibir, su valor queda en duda. No es que no quieras recibir: tu alma no aprendió a sentirse segura recibiendo. Por eso fue tan poderoso lo que pasó cuando miraste el rostro de tu hermano: su satisfacción te mostró una verdad que tu corazón no conocía… que recibir también puede ser un acto de amor. Y ahí se acomodó algo. Ahí llegó la calma. Lo más valioso de tu reflexión es que ya puedes notar con claridad: ✨ dónde se desequilibra el dar y el recibir (familia, pareja) ✨ qué emoción aparece cuando recibes (vergüenza, deuda) ✨ qué nuevas formas quieres practicar (recibir con gozo, sin compensar) Eso ya es un cambio enorme. Recibir con alegría, sin prisa por devolver, sin anular el gesto del otro, sin colocarte en deuda… es un aprendizaje suave, cotidiano y profundamente sanador. Y tú ya comenzaste. El simple hecho de detenerte y permitirte ver la satisfacción de tu hermano fue un acto de recibir. Gracias por abrirte a mirar este tema con tanta verdad y con tanta sensibilidad.