@everyone Os paso un Excel con la lista de los próximos concursos literarios. 🧠 Cómo interpretar y aprovechar esta lista - Si tienes una novela breve terminada (25-45k palabras) → Premio Almadía Ventosa-Arrufat: oportunidad fuerte, con buena remuneración y publicación internacional. - Si escribes terror, fantástico o ciencia ficción breve, con cuento → Premio Anubis 2025: bajo requisitos de extensión y buenas posibilidades. - Si buscas entrar en el circuito editorial con novela larga / mediana → considera Francisco Ayala, Editorial Maluma, o concursos de novela negra como “A sangre fría”. - Los concursos de cuento/relato menores sirven para construir reputación, practicar, y tener publicaciones incrementales. ✅ Qué hacer ya (recomendaciones de acción inmediata) 1. Revisa si alguno de estos concursos requiere que la obra sea totalmente inédita (Almadía, Anubis lo piden). 2. Prepara versión definitiva, con formato limpio (tipografía, márgenes, interlineado si piden). 3. Lleva un registro con: nombre concurso, fecha límite, link a bases, envío, confirmación recibo. 4. Si eres flexible con género: ten varios relatos/novelas breves adaptables. 5. Prepara un “pitch editorial + sinopsis” a mano para cada concurso (muchos evalúan originalidad + potencial de venta). ⚠️ Qué revisar siempre antes de enviar - Que la obra sea inédita y no premiada Letralia, Tierra de Letras+1 - Que cumple con extensión y formato exigidos (palabras, carillas, .docx, márgenes, interlineado, etc.) Finales Cerrados+1 - Que respeta géneros permitidos (terror, negro, fantástica, novela breve, cuento, etc.) - Que aceptan autores de tu nacionalidad o residencia (algunos concursos piden residir en ciertos países) - Si piden “no IA”, “originalidad absoluta”, “no estar en otros procesos de publicación” — muy común hoy

El arte de unir fonemas, de expresar conceptos, de plasmar ideas, más allá de dejar para la posteridad un pensamiento o una reflexión, conlleva el don de crear vidas, recrear el pasado, bucear en el presente y entrever un futuro incierto, pintando trazos del alma, pinceladas de existencia, motas de polvo de un universo inextricable, donde el escritor imagina escenas, expresa sentimientos y configura personalidades que solo habitan en su subconsciente, crea personajes memorables, los dota de carácter, configura escenarios verosímiles y construye escenas emocionantes para que todo ello, debidamente acoplado, llegue al alma del lector, lo fascine, lo divierta, lo sorprenda y le deje un recuerdo imborrable, siempre con la belleza de la narración como objetivo, buscando resaltar la sensibilidad y la delicadeza de las palabras, orquestándolas como si fueran la partitura de una sinfonía, en la que cada nota debe estar en su lugar, con un orden solo dirigido a exaltar el mensaje que, gracias a la escritura, tenemos el don de transmitir. En definitiva, es el arte de enviar un mensaje cargado de sensibilidad y de belleza. *** Declaro que mi obra es inédita, no generada por una IA total o parcialmente, que no ha sido premiada en ningún otro concurso y que sus derechos no han sido cedidos a ningún editor. Cedo todos los derechos de reproducción, distribución, transformación, comunicación pública y puesta a disposición, para la publicación y venta en forma de libro impreso -tapa dura, rústica, bolsillo, cartoné, edición para colección-, así como la modalidad de libro gráfico o ilustrado, de e-book -tanto de descarga directa como de plataforma de suscripción-, audiolibro y mediante cualquier soporte digital, electrónico o informático, incluyendo cualquier expresión realizada de la obra en el entorno conocido como metaverso, junto a los derechos subsidiarios de las diversas modalidades audiovisuales como cine y TV, serie, documental y 1 película. Así como su adaptación a teatro, musicales, cualquier tipo de espectáculo y también como videojuego. Los derechos del merchandising que use título, personajes, nombres, escenas o contenidos también están incluidos en el presente contrato de cesión de derechos editoriales.

Os planteo un tema por el que todos, o eso creo yo, hemos pasado. Ahora, desde el otro lado, cuando realizo sesiones de coaching con nuevos autores me doy cuenta de la barrera tan grande que supone este tema para algunos autores noveles. Qué experiencia habéis vivido? Algún “antídoto” de eficacia inmediata? Mi consejo está siendo que echen un rápido vistazo en su círculo más próximo. Cuántos han escrito un libro? Pocos, verdad? No hay ningún impostor aquí, más bien una persona especial, con la capacidad de ponerse delante de una hoja en blanco e imaginar que es el soporte para una historia magnífica.

Me permito compartiros esta información que he traducido (Google translator, perdonad los errores) de la web de la editorial catalana Albamarc; me ha parecido muy completa e interesante: Hay escritores que están convencidos de haber sido rechazados en más de una editorial, sin que su obra haya sido leída. Y es cierto. Las editoriales rechazan –muchas veces sin mirar— la gran mayoría de los materiales que reciben, y esto se debe a la enorme cantidad de manuscritos que los llegan cada día, sin que el autor se haya tomado el trabajo de preparar la información de una manera conveniente porque la puedan considerar. Muchas de las desagradables experiencias de rechazo, son en buena parte consecuencia de no saber cómo presentar un proyecto o un manuscrito a una editorial. Nuestra propia experiencia nos muestra que las formas más efectivas para lograrlo, son todas por escrito. A sabiendas de cómo vender un proyecto o un manuscrito, las posibilidades de llegar a un contrato y ser publicado aumentan notablemente. Es importante saber utilizar los procedimientos habituales en el mundo internacional de la edición, para presentar una propuesta editorial. Es habitual creer que sin una recomendación personal no se consigue nada. Y no suele ser así; es más, la “recomendación personal” es un recurso del que se abusa tanto, que los editores no lo toman mucho en cuenta. Los editores están siempre sobrecargados de trabajo. Cuando un escritor que quiere publicar consigue una entrevista personal con un editor gracias a una recomendación, se está produciendo a sí mismo un daño. Porque el editor lo recibirá por compromiso con quien lo recomendó, y el escritor desaprovechará esta oportunidad hablando de algo que el otro no conoce ni tiene interés a escuchar. Al final le dejará un manuscrito que –en la mayoría de los casos—, irá a parar a una pila de descartados. En el mejor de los casos, le será devuelto unas cuántas semanas después con una carta más o menos amable. Resulta difícil publicar, no es complicado entender por qué es difícil y frustrando la búsqueda de una editorial cuando está mal hecha. Una editorial grande, recibe más de mil nuevas propuestas de edición por año (seis por cada día de trabajo). Son enviadas espontáneamente por escritores a quién nadie se los solicitó, por editoriales extranjeras, y por agentes literarios de todo el mundo. De estas 1.000, la editorial contratará 20 o 30, puesto que el resto de los libros que publica son obras que los editores han encargado, que vienen por contrataciones internacionales de la casa matriz, o son nuevas obras de autores que ya publican en la casa. Cuando la prestigiosa editorial norteamericana *Doubleday decidió, hace varios años, no aceptar más manuscritos que no sean de los autores de la casa, o que provengan de agentes literarios reconocidos, estaba recibiendo 10.000 manuscritos no solicitados en el año: 45 por cada día de trabajo. Recibir, leer, evaluar y eventualmente devolver cinco o seis propuestas diarias, requiere del trabajo de dos o tres editores de tiempo completo. Hoy ninguna editorial está en condiciones de asumir esta tarea. Cuando alguien lo hace en los momentos libres, suele ser quién empieza, justamente la persona menos preparada para este tipo de evaluación. “Los editores suelen estar sobrecargados de trabajo. Reciben durante todo el día numerosas llamadas telefónicas de autores y agentes, de los departamentos de publicidad, marketing y producción de su empresa; asisten a reuniones en las cuales toman decisiones sobre cubiertas, nuevas adquisiciones, programas de producción; entrevistan, contratan y despiden ayudantes; negocian con la dirección la adquisición de aquellos libros que desean publicar, presupuestos de promoción para estos libros, y aumentos de salarios y ascensos para ellos mismos. El resultado de todo esto es que buena parte de su trabajo de edición y, habitualmente, casi todo su trabajo de lectura queda relegado por las noches y los fines de semana, que nunca son suficientes, sobre todo si tenemos en cuenta que los manuscritos que continuamente se acumulan sobre ellos. Tienen que dedicar la mayor parte del tiempo a proyectos ya contratados, a libros en los cuales su empresa ha invertido ya una suma considerable de esfuerzo y dinero, una inversión que tiene que ser alimentada y protegida por los editores, que se esfuerzan para ayudar al autor a conseguir que el libro sea presentado en condiciones óptimas. Todo esto deja al editor muy poco tiempo o fuerzas para dedicarlo a un autor nuevo, salvo que el que este autor le presente sea realmente maravilloso” Albert *Zuckerman, Como escribir un best seller. Una propuesta por escrito, muy hecha, tiene muchas más posibilidades de lograr aceptación, y de llegar a un contrato de edición. “La Propuesta” o “La Propuesta Editorial” (“Editorial *Proposal”, en el mundo internacional de la edición), es como se denomina el que el escritor envía al posible agente o editor, para interesarlo por un manuscrito o un proyecto. La Propuesta consta de una serie de informaciones clave sobre el autor, la obra y el público al que va dirigida, que no tienen que ocupar demasiadas páginas, y la elaboración de las cuales no es ningún desafío para quien fue capaz de escribir un libro entero.

Hasta ahora, cuando terminaba una novela la publicaba en Amazon sin enviarla a editoriales ni concursos; me hacía la portada y la maquetación y la plantaba en Amazon en un plis plas para seguir con la siguiente. Fue la vía que seguí con las seis primeras, con la única intención de tenerlas físicamente luciendo en la estantería de mi despacho. Con la séptima me propuse buscar editorial tradicional; pero sin esperar lo suficiente me decanté por una pequeña editorial que se limitó a publicarla, sin coste por mi parte pero sin hacer el más mínimo esfuerzo de distribución, y no digamos ya de publicidad. Hasta me tuve yo que organizar un par de presentaciones en librerías (me encantó la experiencia). Ahora mismo tengo tres novelas terminadas (me sorprende hasta a mí mismo esta afirmación...) y enviadas a editoriales tradicionales y concursos, con la esperanza de que alguien respire. Cada día mirando el correo, esperando encontrar un mail que me abra los ojos como platos y me dibuje una sonrisa de oreja a oreja. Pero hasta el momento, lo único que he recibido es una propuesta de coedición. Penguin y Planeta se toman sus buenos seis meses en contestar, de eso soy consciente. ¿Pero tendré la suficiente paciencia como para no autopublicarlas antes? En la eterna diatriba entre autopublicar o editorial tracicional, al menos para el autor no conocido, es un factor a tener en cuenta: el tiempo que hay que esperar. Un tiempo perdido, un tiempo durante el que tu novela ya podría estar corriendo por las RRSS, anunciada en Amazon y captando el interés de los lectores. Pero hay un factor que es el el que me inclina a tener muuuuucha paciencia: si quieres llegar al gran público, hay que captar el interés de una buena editorial, que distribuya la novela convenientemente, que la promocione, que organice firmas y presentaciones; en definitiva, que se implique. Perdonad el tocho, pero es un tema que supongo nos afecta a muchos de los que estamos aquí. ¿Cuánto tiempo hay que esperar? ¡Votad y opinad!