Hechos 16:25-26
La oración y la adoración, a pesar de un escenario hostil, provocaron que las cadenas se rompieran, pero también provocaron mucho más que eso. Tu oración es la que va a provocar que el plan de Dios en tu vida continúe su curso y que todos sean testigos de lo que Dios es capaz de hacer. Seamos provocadores del Dios vivo, para que seamos libres de la cárcel del pecado y podamos vivir una vida con propósito.