Nada mejor que buscar a Dios en espíritu y en verdad. Ir ante Él sinceros.
Que no es lo que hicimos, en lo que fallamos, lo pasado. Sino en cómo nos postramos ante el Rey. Con el corazón en las manos, entregándoselo a Él y dejándolo obrar en cada uno de nosotros.
Él siempre está dispuesto a escuchar un corazón humillado y verdadero para hacernos mejor, para a través de ese proceso darnos una enseñanza, un camino.
Pues como menciona 2 Crónicas 33:12
“Mas luego que fue puesto en angustias, oró a Jehová su Dios, humillado grandemente en la presencia del Dios de sus padres”
En nuestras angustias, Él está.
En nuestros miedos, Él está.
En nuestras preocupaciones, Él está.
Detrás de unas palabras honestas al Padre, una oración sincera y dispuesta solo para el Señor; ahí está Él. Eso es lo que quiere de nosotros. Corazón humillado, dispuesto a cambiar y ser mejor para hacer su voluntad.
Dios no rechaza la oración del humilde, ni la desprecia 🙌🏼.