Hay una verdad que duele…
porque vive dividida.
En una parte de mi corazón te amo.
En otra parte de mi corazón te odio.
Vivo en la constante dualidad
entre entregarte mi vida
o entregarte desprecio.
¿Te suena?
¿Alguna vez te pasó?
Amar profundamente a alguien
y al mismo tiempo sentir rabia,
ira, resentimiento, decepción.
Pues te tengo noticias —y son claras:
Eso no es amor.
En el amor no hay dualidad.
No hay condiciones ocultas.
No existe el “te amo si me das”
ni el “si no me das, te odio”.
Eso no es amor.
Eso es apego.
Eso es necesidad.
Eso es negociación emocional.
El amor verdadero no distingue
entre dar y recibir.
Para el amor, la vida se trata de dar.
El amor genuino aparece
cuando abandonás la idea
de que por cada vez que das
deberías recibir algo a cambio.
Ahí nace el amor real.
Ahí se cae la verdad contrariada.
Ahí se unifica el corazón.
Y escuchá bien esto:
El amor genuino
es el único
que puede salvar tu vida.
Si te suena…
no es casualidad.
Contame en los comentarios qué opinas de esto
Te amo.
Bendiciones.
Que tengas un hermoso presente.