Fragmento extraído del libro La Iniciación, página 86.
"Haz callar entre tus pensamientos, aquellos que habitualmente ocupabas tu arma. Haz que el silencio more en ti, y después espera pacientemente. La acción de los mundos superiores comenzará entonces a hacerse sentir, a estudiar la mirada de tu alma y el oído del espíritu.
Si has permanecido así durante unos instantes, en un estado de espera tranquila y recogida, puedes irte a cumplir con tus obligaciones corrientes, una vez profundamente penetrado por el siguiente pensamiento: 'Un día me ocurrirá lo que me decía ocurrir cuando esté maduro para recibirlo'."