1. Preparación del espacio
- Busca un lugar tranquilo, preferiblemente donde puedas ver el cielo (si es seguro para tus ojos, nunca mirar directamente al sol).
- Coloca una vela blanca (luz) y un cuenco con agua (reflejo y purificación).
- Si deseas, pon música suave en 432 Hz o cuencos tibetanos.
2. Invocación / Decreto de Apertura
Lleva tus manos al corazón, cierra los ojos y di en voz alta o en silencio:
“Honro la sombra que se revela.
Acepto ver lo que antes negaba.
Recibo el eclipse como umbral de transformación.
Que lo bloqueado encuentre su cauce.
Que lo oculto se transforme en luz.”
3. Respiración consciente (Pranayama de liberación)
- Inhala profundo por la nariz, visualizando que la luz entra.
- Retén unos segundos.
- Exhala por la boca con fuerza, imaginando que expulsas bloqueos y densidades.Repite 7 veces.
4. Contemplación de la sombra
- Cierra los ojos y deja que aparezca cualquier emoción, recuerdo, síntoma o situación que sientas como “bloqueo”.
- No intentes resolverlo: solo obsérvalo, como si la sombra tomara el escenario.
- Lleva la mano sobre tu vientre y repite suavemente:“Te veo. Te reconozco. Te permito transformarte.”
5. Visualización del renacer
- Imagina que la sombra que viste comienza a disolverse en el agua del cuenco.
- La vela brilla más fuerte: representa tu esencia iluminada que permanece intacta.
- Visualiza esa luz envolviendo lo que antes estaba bloqueado, transfigurándolo en energía renovada.
6. Cierre y gratitud
Toma un sorbo del agua (si lo sientes) o derrámala sobre la tierra como ofrenda.
Apaga la vela y di:
“Lo que fue sombra se vuelve semilla.
Lo que fue bloqueo se vuelve cauce.
Yo renazco con el sol.”