¡Muy buenas!
No sé si alguna vez has estado en una relación en la que, cuando todo se calma y te escuchas de verdad, te das cuenta de que esa persona ni te hacía bien ni era para ti.
La mayoría de relaciones hoy funcionan así.
Personas que están juntas porque no saben estar solas. Y cuando dos personas que no se tienen a sí mismas intentan “tenerse” la una a la otra… aparece la dependencia, la proyección, la exigencia, la culpa y, al final, la ruptura.
Por eso tanta gente acaba en terapias de pareja intentando salvar algo que nunca nació desde un lugar sano, sino desde la necesidad.
Yo lo tengo claro:
Jamás voy a entrar en una relación con alguien que me necesita. Ni quiero que nadie esté conmigo porque yo “le completo”.
La verdad es simple:
"Si estás soltero/a, tu único trabajo es conocerte. Mirar hacia dentro. Descubrir quién eres, qué quieres y hacia dónde vas"
Porque una vez tienes dirección, propósito y claridad interna, te das cuenta de algo esencial:
Quien se una a tu camino debe estar alineado con tu vida. Y tú con la suya.
No desde la carga.
No desde el miedo.
No desde la carencia.
Sino desde la libertad.
La libertad de poder avanzar hacia tu propósito sin que nadie te corte las alas… y que, aun así, al final del día, os sigáis eligiendo.
Eso sí es amor.
Eso sí tiene potencial.
Eso sí transforma.
Lo demás… son tonterías disfrazadas de romanticismo.
Feliz lunes.
Un abrazo.