1. Darle verdadera atención a investigar
Los vendedores menos efectivos suelen apurarse en la etapa de investigación y, como resultado, no logran descubrir, entender ni desarrollar de forma profunda las necesidades reales de sus clientes.
No vas a obtener un compromiso en una venta importante a menos que el cliente perciba claramente una necesidad (y una solución) en lo que estás ofreciendo.
Cuando haces las preguntas correctas, el cliente mismo llega a la conclusión de que comprar es la mejor decisión.
2. Asegurarte de que las inquietudes estén resueltas.
Los vendedores desesperados avanzan hacia el cierre ignorando que quizá aún queden preguntas sin responder.
Siempre pueden aparecer dudas o confusiones en la mente del cliente, más aún cuando se acerca el momento del cierre.
Los vendedores más efectivos, en cambio, toman la iniciativa y preguntan directamente si hay algo más que deba aclararse:
Podés preguntar: “Antes de avanzar, ¿hay algún punto sobre el que quieras que profundice un poco más?” o "¿Te queda alguna consulta o duda de algún tema de los que hemos hablado?"
Con estos dos simples puntos (aunque hay muchos más) ya es suficiente para que intentar cerrar no sea un "salto de fe" sino más bien la última pieza del rompecabezas.