Un estudio reciente de la MIT Media Lab (Kelmiyna et al., 10 de junio de 2025) investigó cómo el uso de herramientas como ChatGPT impacta el esfuerzo mental en tareas de redacción de ensayos. Participaron 54 personas divididas en tres grupos: quienes escribían con ChatGPT (LLM), con buscadores clásicos, o sin ayuda (“Brain‑only”). Tras tres sesiones, se intercambiaron herramientas entre algunos participantes.
Mediante EEG, observaron cómo cambia la conectividad cerebral: el grupo “Brain‑only” mostró redes neuronales más fuertes y distribuidas; el de buscadores tuvo un nivel intermedio; y el de ChatGPT presentó la más débil. Esto sugiere que el uso de asistentes de lenguaje reduce la carga cognitiva.
Además, cuando usuarios de ChatGPT debieron volver a escribir sin ayuda, su actividad cerebral en bandas alfa y beta permaneció reducida, señal de una “subutilización” neural. Por el contrario, quienes cambiaron de “Brain‑only” a usar ChatGPT mostraron mayor activación en áreas relacionadas con memoria y procesamiento ejecutivo, similar a los usuarios de buscadores.
También evaluaron los textos mediante NLP, análisis de entidades, n‑gramas y ontologías temáticas, encontrando que los grupos mantenían estilos homogéneos dentro de cada uno. Sin embargo, las ensayos asistidos por ChatGPT mostraron estructuras más estereotipadas y repetitivas. Además, los participantes que usaban ChatGPT reportaron un menor sentido de autoría y dificultad para recordar citas de sus escritos, en contraste con el grupo “Brain‑only”.
Durante cuatro meses, el grupo asistido por IA presentó un rendimiento consistente inferior en aspectos neuronales, lingüísticos y conductuales comparado con los otros grupos. Los autores introducen el concepto de “deuda cognitiva” para describir el deterioro mental que puede acumularse al delegar excesivamente la escritura en IA: aunque facilitan la tarea, estas herramientas podrían empañar el desarrollo de habilidades profundas de pensamiento, memoria y creatividad.
Este estudio NO PROPONE eliminar el uso de IA, pero sí advierte sobre sus riesgos a largo plazo en educación: plantea que lo ideal es usar IA CON MODERACIÓN, alternando con sesiones de escritura autónoma para mantener la agilidad cerebral. En resumen, ChatGPT puede ahorrar tiempo, pero el precio podría ser una mente menos entrenada.