Dinero no es felicidad.
Título no es sabiduría.
Cargo no es liderazgo.
Gastar no es invertir.
Conveniencia no es amistad.
Parecer no es ser.
Gran parte del desgaste personal y profesional
nace de estas confusiones.
La verdadera claridad llega cuando aprendes
a distinguir fondo de forma
y esencia de apariencia. Ahí es cuando las decisiones pesan menos y el camino se vuelve más honesto