A veces, en nuestros negocios tenemos tantas ideas… y ahora, tantas herramientas tecnológicas para ejecutarlas… que podemos confundir la velocidad con el verdadero progreso.
Ese “aparente éxito” puede ser engañoso.
Antes de seguir corriendo como caballo desbocado, asegúrate de algo fundamental: que tus clientes estén siendo atendidos, acompañados y satisfechos con lo que ya les ofreciste.
- Aplica encuestas de satisfacción.
- Revisa si entendieron y están usando correctamente lo que compraron.
- Asegúrate de que nadie se sienta perdido, ignorado o abandonado.
Porque sí, a todos nos encantan las ventas y el dulce sonido de la caja registradora… pero no lo olvides: detrás de cada compra hay un ser humano con emociones, dudas, expectativas y necesidades reales.
La tecnología es un gran aliado, pero no puede reemplazar algo esencial:
la experiencia humana que tu cliente vive contigo.
Pregunta para ti:
¿Realmente conoces el nivel de satisfacción de tus clientes?
¿Están aprovechando al máximo lo que ya les vendiste?