📜 REVELACIÓN DEL ALMA #54 – LA VERDAD DUELE
Las personas que más te aman a veces no te dicen la verdad por miedo a perderte. Pero si no te dicen la verdad por miedo, no te están amando… están teniendo miedo de perderte. Las personas que en verdad te aman son las que te dicen las cosas de frente, sin rodeos, tal cual las ven. Prefieren que te enojes con ellas, pero no pierden la oportunidad de recordarte tu mayor potencial. Te aman muchísimo, por eso te hacen el favor de hacerte frente, de desafiarte, de ponerte contra las cuerdas para que puedas verte de verdad, para que dejes de engañarte. Esas personas son las más valiosas. Son las que no se conforman con verte mediocre o pequeño, las que siempre te van a llevar a más, que no te compran excusas, dramas ni victimismos. Siempre estarán ahí para vos, para desafiarte, contenerte y abrazarte cuando lo necesites. Suelen ser tu pareja, esos espejos que Dios te pone en la vida para que puedas verte a través de ellos. Son quienes, pase lo que pase, no se van a ir de tu lado. Vibran en amor incondicional. A veces les gustaría que las cosas fueran distintas, pero te aman tanto que te aman más allá de sus propios deseos. Te aman tanto que se dan el permiso de incomodarte, aunque corran el riesgo de perderte para siempre. Esas son las personas más valiosas. Oro puro. Representantes de Dios. Las almas que elegiste para autoconocerte. Dios te dio un espejo para que te veas a través de él y te arregles, te peines, te maquilles o te afeites. Entonces, ¿por qué huís del espejo sin haberte arreglado? Hay quienes huyen de su relación con el discurso bonito de que “necesitan estar solos”, de que “ya no quieren conocerse a través del otro”. Y está bien, respeto esas decisiones, porque todos hacemos lo mejor que podemos con el nivel de conciencia que tenemos. Pero también veo el potencial. Y sé que, muchas veces, no se están yendo de su pareja… se están yendo de la incomodidad que el espejo les genera. No se van del amor, se van del reflejo de sus heridas. No se van a demostrarse que pueden solos —porque cuando uno necesita demostrarse algo, es porque en el fondo no lo cree—.