Bueno, comunidad… llegó el día de hablar con él... Yo juraba que iba a ser incómodo, o que no lo iba a tomar bien, pero terminó siendo todo lo contrario. Le conté del reto, de mi intención de completar los 21 días sin eyacular, y su reacción fue… un apoyo total. Nada de drama, nada de tensión. Su respuesta estuvo basada en comprensión, curiosidad y hasta un “si eso te hace bien, te acompaño”. Y ahí fue cuando todo tomó un rumbo que no esperaba. Nuestros encuentros siempre habían sido puro “sexo salvaje” (que sí, lo disfrutaba muchísimo)... pero esta vez pasó algo distinto. Algo más lento, más presente, más conectado, descubrí sensaciones que nunca había sentido… como si mi cuerpo estuviera despierto de otra manera. Y aquí entre nos…me dio el mejor oral de mi vida, pero lo más loco fue que por primera vez sentí esa mezcla de ternura, deseo y calma… un tipo de placer diferente, más profundo, más consciente, nunca pensé que contenerme pudiera abrir otras puertas en el cuerpo. No hemos formalizado la relación, pero sí cambió la energía entre nosotros. Ya no es solo el instinto, ahora hay algo más… más suave, más íntimo, más presente. Y sí… todavía sigo firme en el reto 😏💪🔥 Gracias por los consejos que me dieron en su momento. Creo que el camino apenas se está poniendo bueno. Jejeje.

Quiero hacer la continuidad del post “sin eyacular”, porque hoy se cumplieron 28 días sin hacerlo… hasta hoy. Y la verdad, hoy disfruté de mi sexualidad desde un lugar completamente distinto. Fue expansión total. Fue mirar a los ojos a esa persona y poder abrirme de manera auténtica y presente, sintiendo cada parte de mí sin prisa y sin culpa. También siento que este ejercicio me mostró que responsabilizarme de mi placer es clave para mi crecimiento, entenderlo, honrarlo y vivirlo desde la conciencia, no desde el impulso. Hoy entendí que no se trata de aguantar, reprimir o demostrar nada. Se trata de elegirme, de conocer mis límites, de sentir mi cuerpo sin miedo y de reconocer que el placer también es un camino espiritual cuando nace desde la presencia. Estos 28 días no fueron una prueba de fuerza, fueron una puerta, una puerta a escucharme mejor, a conectar con lo que realmente deseo y a permitir que mi energía se exprese sin culpa. Y hoy, al soltar, sentí que no perdí nada… al contrario, gané una versión de mí más consciente, más honesta y más libre. Hoy después del reto

Hoy quiero compartir algo muy personal. Luego de que terminamos el reto de 21 días sin eyacular y he decidido extenderlo un tiempo más. No desde la represión, sino desde la curiosidad de vivir mi energía de otra manera, tocándome, sintiendo, disfrutando… pero sin cruzar ese umbral final. Lo que he descubierto me sorprende. Tengo más energía, duermo mejor, mi mente está más tranquila y en el gimnasio me siento más activo y presente. Es como si mi cuerpo hubiera encontrado un ritmo nuevo, más consciente, más mío. No sé hasta dónde me llevará esta experiencia, pero por ahora quiero seguir escuchándome. Mi energía está cambiando, y yo también.

En estos días he descubierto que mi cuerpo se siente distinto. Ya no camino desde el desenfreno ni desde esa urgencia de tocarme o buscar sexo para calmar algo interno. Hoy, en cambio, siento una tranquilidad nueva, una calma que me relaja. He aprendido a mirar mi cuerpo desde el cariño, no desde la ansiedad. A reconocer que mi energía vale, que no necesito drenarla para sentirme vivo, sino honrarla y usarla mejor. En esta pausa ha aparecido una fuerza distinta, presencia, claridad, autocuidado. Y es bonito darme cuenta de que estoy cambiando…

Quizás una de las partes más olvidadas, juzgadas y rechazadas de nuestro cuerpo sea el ano. Hablamos con naturalidad de los OJOS: de su belleza, de su brillo, de su función para ver el mundo. Pero observa esto: Puedes vivir sin ojos, pero no puedes vivir sin ano!! Cuando evadimos hablar de una parte del cuerpo, cuando la escondemos detrás del juicio, la vergüenza o el silencio, le enviamos un mensaje a nuestro cuerpo: “Esto es sucio. Esto es malo. Esto no merece existir.” (Eso bloquea la energía) Tu ano, mi ano, y el de todos merece atención, dignidad y mucho amor… es parte de la perfección del cuerpo humano y del milagro de la vida. - ¿Hablar de tu ano te incomoda?¿Eres capaz de decirle a tu ano que es hermoso? Los leo. 👀